Alumnos cansados, tristes y sin evaluación

22.07.2021

Lesly Mellado May

Uno de los mayores lastres que dejará la pandemia por COVID será un retroceso educativo a decir de organismos internacionales como la UNICEF, que ha llamado con urgencia a reabrir las escuelas mientras a México llega la tercera ola que extrañamente no tocó al proceso electoral.

Las autoridades educativas se han deslindado de la responsabilidad del regreso a las aulas; con la extinción del semáforo epidemiológico federal y el modelo híbrido, la decisión final de si los niños y jóvenes acuden o no clases será de los padres.

Otra cosa de la que se ha deslindado la SEP es de dar a conocer que tan efectivo resultó el programa Aprende en Casa. Tomando en cuenta que deberán tener una estrategia para remediar el saldo negativo por la pandemia, es importante tener claro de qué punto parten los niños y jóvenes para retomar (aunque no sabemos cuándo) sus estudios presenciales.

Esta semana, el secretario de Educación estatal, Melitón Lozano presentó los resultados de una encuesta, un estudio de percepción sobre el ciclo escolar 2020-2021 que fue totalmente a distancia y que recién culminó.

Me pregunto por qué no difunde un diagnóstico que indique: número de alumnos que tomaron clases de manera virtual (que seguro en su mayoría fueron de escuelas privadas), el número de alumnos que tomó clases a través de la televisión, el número de alumnos que trabajó con cuadernillos, el número de alumnos que pasó automáticamente de grado aunque nunca presentó evidencias de su trabajo en casa, el número de alumnos que no alcanzó los aprendizajes básicos… el número de niños y jóvenes sin conectividad, sin acceso a dispositivos electrónicos… el porcentaje de absorción, deserción y eficiencia terminal.

La SEP se ocupó más de conocer los sentimientos que de establecer el punto base del que arrancarán otro ciclo escolar atípico: “los estudiantes están cansados y tristes”.

Aquí los resultados de la encuesta realizada por la SEP Puebla:

8 de cada 10 maestros dicen que sus alumnos sí alcanzaron aprendizajes fundamentales.

Los directores declararon que el 70% de los alumnos con “comunicación sostenida” con sus profesores tuvieron un desempeño satisfactorio, y el 25% un desempeño sobresaliente.

Los colectivos docentes determinaron que de los alumnos con “comunicación intermitente” el 66% alcanzaron aprendizajes adecuados (bueno), y el 17% satisfactorios (arriba del esperado).

En autoevaluación, los estudiantes dijeron que su nivel de aprendizaje fue: 45% básico, 37% satisfactorio, 11% insuficiente y 7% sobresaliente.

Parece extraño que estas cifras de aprovechamiento sean similares a las que se tenían en ciclos escolares “normales”.

En la explicación ofrecida por Lozano no se especificó a qué se refieren con aprendizajes fundamentales, o si los objetivos de los planes de estudio se modificaron tomando en cuenta el cierre de escuelas. La SEP federal en su documento de Aprende en Casa hizo esta recomendación: priorizar las habilidades de lectura, escritura y pensamiento matemático, porque estas permiten desarrollar competencias no sólo para el estudio, sino para el aprendizaje permanente y la participación. Los aprendizajes esperados de Lengua Materna y Matemáticas, contribuyen a desarrollar la capacidad de los estudiantes de aprender a aprender, es decir, conocer su realidad, interpretarla, acceder a nuevos conocimientos, contrastar su punto de vista con la información nueva y controlar su propio aprendizaje.

A decir de los especialistas, el cierre de escuelas afectó más a quienes cambiaron de nivel escolar en la pandemia, pues iniciarán con desventaja respecto a quienes iban en grados superiores, u optaron por no inscribirse.

“La pandemia ocurrió en un contexto en que el porcentaje de la población con rezago educativo había mostrado una reducción en las últimas décadas ubicándose en 17.3 por ciento en 2020, con estimaciones basadas en el Censo de Población y Vivienda. Puebla ocupó el sexto lugar nacional con 21.7% de rezago educativo.

El Coneval hizo una evaluación a las políticas públicas creadas para enfrentar la pandemia, y en materia educativa determinó: “Con respecto a la Estrategia Aprende en Casa, es de reconocer la celeridad y flexibilidad con la cual se modeló, implementó y adaptó. Sin embargo, aún hace falta analizar a profundidad los alcances de dicha estrategia. En relación con su cobertura, tampoco se encontró información que permita identificar a cuánta de la población estudiantil se estaba atendiendo, ya que la emisión de contenidos educativos por diversos medios no supone que toda la población objetivo pueda acceder a ellos. Sobre el proceso de producción y emisión de los materiales, si bien la SEP participa activamente en la definición del contenido, tampoco se identificaron mecanismos para dar seguimiento y revisión a la elaboración de estos programas por parte de la Secretaría”.

Planeadores cumplidores

13.07.2021

Lesly Mellado May

A tres meses de culminar la actual administración, el ayuntamiento de Puebla ha difundido que ya cumplió con el 95% de las metas establecidas en el Plan Municipal de Desarrollo 2018-2021 (PMD), y una de esas metas era precisamente “atender 95% de las líneas de acción” de ese documento que consta de unas 400 páginas dedicadas en su mayoría a proporcionar datos de diagnóstico y una mínima parte a describir cómo resolver los problemas.

La obligación legal de hacer un plan municipal de desarrollo se cumple en la forma, pero no en el fondo.

Esta semana Gerardo Ríos Bermúdez, herencia del gobierno de Luis Banck y actual coordinador general del Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN), explicó que el ayuntamiento “ha alcanzado más del 95 por ciento del cumplimiento de 646 metas establecidas en el PMD”.

De ser cierta la declaración, el gobierno municipal tendría un alto nivel de aprobación entre la sociedad capitalina, pero al menos en las urnas quedó en evidencia lo contrario.

En general, el PMD establece metas sin parámetros cuantitativos para verificar su cumplimiento, lo que lo convierte en una carta de buenas intenciones.

El documento publico en el sitio web del ayuntamiento plantea algunas metas numéricas, pero sin especificar la base en la que se darán los aumentos. Aquí algunas reproducidas textualmente del PMD:

Atender más del 85% de las Zonas de Atención Prioritaria (ZAP) con acciones de bienestar social.

Incrementar en un 15% la inversión productiva que se genera en el municipio.

Incrementar 31.6 % el número de elementos policiales dependientes del Gobierno municipal.

Incrementar 36% el número de asistentes a los eventos y actividades artísticas y culturales del municipio.

Triplicar los kilogramos de residuos reciclables recolectados por el OOSLMP, en relación con la administración anterior, para su transferencia a plantas de reciclaje y reincorporación a los procesos de producción.

En materia de obra pública, en lugar de metas se plantean acciones generales:

Incrementar la cobertura de infraestructura social básica en el municipio.

Infraestructura deportiva incluyente en 22 de las unidades deportivas al resguardo y custodia del Instituto Municipal del Deporte.

El ejercicio presupuestario ha sido una de las debilidades de este gobierno capitalino, en ese ámbito se puso como meta:

Crear normas presupuestales de ejecución responsable del gasto, acordes con la política de austeridad republicana.

El actual ayuntamiento capitalino ha difundido especial interés en las juntas auxiliares, pero en el PMD se pone esta meta:

Incidir en las 17 juntas auxiliares con acciones en materia de Desarrollo Urbano, Planeación y Gestión del Agua, Desarrollo Rural y Medio Ambiente bajo un enfoque de ordenamiento sostenible e incluyente.

El documento fija como metas crear dos organismos:

Centro Municipal Hídrico de Puebla.

Observatorio juvenil para alentar la participación de las y los jóvenes.

El PMD también plantea dar continuidad a estas labores:

Conservar la categoría de Ciudad Patrimonio Mundial a través de la ratificación por parte de las instancias evaluadoras.

Mantener la Certificación como Rastro Tipo Inspección Federal.

Mantener la primera posición estatal en materia de transparencia en la medición del ITAIPUE.

Ignoro en qué sofisticado formato el IMPLAN ha verificado el cumplimiento del 95% de metas del PMD; pero en este rústico listado cualquier ciudadano poblano puede poner palomita o tache.

Anecdotario electoral

03.06.2021

Lesly Mellado May

Dicen de la jornada de este 6 de junio que es “la elección más grande de la historia” de nuestro país. El calificativo obedece al número de cargos en disputa: 500 diputaciones federales, 15 gubernaturas, 30 congresos locales (1 mil 63 diputaciones), y 1 mil 923 presidencias municipales. Puebla se incluye con la elección de 15 diputados federales, 41 diputados locales y 217 presidentes municipales.

No sabemos si lo acontecido en este proceso electoral local pasará a la Historia, pero haremos un recuento de lo que lo caracterizó.

La pandemia por COVID-19 sin duda modificó por completo la elección: los candidatos se quedaron sin actos masivos para su registro ante el IEE e INE y también tuvieron que hacer cierres de campaña con un número reducido de personas; aunque fueron reuniones con menos asistentes de lo habitual, la sana distancia y el uso de cubreboca no fue respetado. En el otro extremo, hubo candidatos que confiados en el potencial del voto morenista ni se ocuparon en gastar sus zapatos pidiendo el voto popular.

La COVID generó que buena parte de las actividades sociales y educativas pasaran al terreno virtual, pero las campañas quedaron a deber en ese ámbito, en el caso de Puebla no hubo estrategias efectivas para impactar en redes sociales y ningún candidato logró hacer una tendencia en éstas. Falta saber si la pandemia afectará la afluencia en las urnas.

La vacuna contra COVID avanzó junto con las campañas electorales, incluso se sacrificó la segunda dosis para adultos mayores en los municipios del interior del estado con el objetivo de inmunizar a la chavorruquiza. Las campañas también fueron acompañadas por la narrativa de que la tercera ola sólo existía en la imaginación por eso nunca llegó y que está muy cerca el fin de la pandemia.

La “nota de color” sin duda la dio el candidato de Morena a reelegirse como diputado federal por Puebla, Saúl Huerta, que terminó (como temía) destruido por un escándalo sexual.

La morenista Nora Escamilla se convirtió en protagonista de las primeras veces. Por enroques electorales es la primera mujer en ocupar la presidencia del Congreso del estado, y es también la primera persona en no pedir licencia al cargo para hacer campaña, es decir, en ejercer la diputación y ser al mismo tiempo candidata a reelegirse.

A falta de elección de gobernador, la atención se centró en la presidencia municipal de Puebla que terminó en ser una justa con los mismos punteros que en 2018: la disputa de los Rivera por alcanzar la reelección.

La estrategia de la morenista Claudia Rivera naufragó entre las fotografías que se tomó para la publicidad electoral y la anulación de dos de sus principales colaboradores Liza Aceves y Andrés García. Aceves tuvo el desatino de “denunciar” un amasiato y García fue procesado por hostigamiento sexual.

La presidenta municipal de Puebla abrió y cerró su campaña alegando violencia política de género. Su imagen cotidiana es abismalmente diferente a la que se exhibe en la propaganda electoral, lo que generó una tormenta de críticas que crecieron exponencialmente en redes sociales. Hay que recordar que Mario Marín fue señalado cuando se borró un lunar que tenía en el entrecejo para sus fotos de campaña, y luego se lo extirpó. En el ámbito nacional, Beatriz Paredes también recibió embates porque la publicidad de su campaña rumbo a la Jefatura del gobierno de la CDMX (allá por 2006) mostraba una imagen irreal que incluso llegaron a comparar con la “metamorfosis de Betty”. En esta misma campaña vimos notas sobre las arregladas que se dieron físicamente y digitalmente morenistas como Karina Pérez y Nora Escamilla.

La decisión de cambiar el huipil blanco y vino que usó en la publicidad de 2018, por el vestido blanco y el peinado perfecto en la de 2021, le salió caro a Claudia Rivera.

El panista de cepa Eduardo Rivera también fue protagonista de las primeras veces. Sí el hijo prodigio del PAN, el orgullo UPAEP, el acérrimo crítico del PRI, el joven ejemplo de la derecha, el politólogo que pasó décadas luchando contra el régimen tricolor se convirtió en candidato del ex partidazo. Se puso el chaleco rojo, fue ungido abanderado en el viejo edificio de la 5 Poniente, en la boleta estará con el logo del PRI… del PAN, del PRD… ¡qué tiempos!

Finalmente, el hoy partidazo Morena sacó a flote su sangre priísta, perredista y hasta panista, la disputa por las candidaturas en Puebla terminó en una batalla por la que van mal heridos al 6 de junio; pero no les importa porque piensan que evocando al mesías los votos caerán del cielo.

Los poblanos en el Pejebus

19.05.2021

Lesly Mellado May

De acuerdo al más reciente estudio demoscópico publicado por Consulta Mitofsky el pasado mes de abril, el presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo una aprobación del 61 por ciento en el estado de Puebla, cifra 10 puntos mayor a la registrada ese mismo mes pero de 2020.

El tabasqueño mantuvo su popularidad entre 50% y 61% entre los poblanos en el último año, siendo la más baja en mayo de 2020 con 50% de aprobación.

En junio del año pasado, López Obrador afirmó en un acto público en San Pedro Cholula que alrededor de 1.3 millones de poblanos recibían algún tipo de subsidio federal.

Tomando en cuenta que buena parte de su popularidad y punto neurálgico de su gobierno son los subsidios o transferencias directas a la población, vale la pena hacer un recuento de cómo van en Puebla ante la próxima elección.

Los rubros en los que hay reducción de beneficiarios son:

Pensión para Adultos Mayores (1 mil 350 pesos al mes):

Junio 2020: 452 mil 590

Abril 2021: 405 mil 586

Jóvenes Construyendo el Futuro (4 mil 300 pesos al mes):

Junio 2020: 32 mil

Abril 2021: 13 mil 766

Sembrando Vida (4 mil 500 pesos al mes):

Junio 2020: 17 mil 200

Abril 2021: 16 mil 707

Estas cifras obtenidas de los sitios web oficiales de las dependencias que operan los subsidios, implican que en los últimos 10 meses, 65 mil 731 poblanos salieron del padrón de beneficiarios.

El mayor impacto se registra en la Pensión para Adultos Mayores con 47 mil beneficiarios menos, y en segundo lugar Jóvenes Construyendo el Futuro donde son 18 mil menos.

Los programas donde se registró un aumento de personas subsidiadas son:

Pensión a Discapacitados Permanentes (1 mil 350 pesos al mes):

Junio 2020: 47 mil 116

Abril 2021: 61 mil 706

Tandas del Bienestar (préstamos de 6 mil a 20 mil pesos):

Junio 2020: 6 mil 650

Abril 2021: 12 mil 671

Estas cifras implican un aumento de 20 mil personas que se incluyeron como beneficiarios en Puebla; alrededor de 14 mil en la Pensión para Discapacitados Permanentes y 6 mil en las Tandas del Bienestar.

El otro sector que tiene un importante número de beneficiarios es la Coordinación Nacional de Becas Benito Juárez, que a junio de 2020 reportaba 591 mil becarios de nivel preescolar a profesional, sin embargo, no hay reportes detallados por entidad federativa para este 2021.

Con este multitudinario padrón de beneficiarios se topan día a día los candidatos opositores a Morena durante este mes de campaña electoral en la entidad poblana, ¿podrán convencerlos de bajarse del Pejebus?

Puebla: ricos produciendo pobres

07.05.2021

Lesly Mellado May

Eloxochitlán, Zoquitlán, Hueytlalpan y Olintla parecen arrastrar un mal sino.

Por enésima ocasión estos municipios presentan el mayor rezago social en el estado de Puebla, de acuerdo a la última medición realizada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Si de algún avance podemos hablar es que Eloxochitlán ha salido de la lista de los más pobres del país. Por primera vez en los últimos años ningún municipio poblano fue incluido en la lista de los 10 con mayor rezago a nivel nacional.

Cabe señalar que el Índice de Rezago Social (IRS) no mide el ingreso, pero toma en consideración indicadores de rezago educativo, acceso a los servicios de salud, calidad y espacios en la vivienda, servicios básicos en la vivienda y activos en el hogar.

Los resultados presentados esta semana por el Coneval catalogan a ocho municipios de Puebla con IRS muy alto; alto, 25; medio, 66; bajo, 105; muy bajo, 13.

Las demarcaciones con mayor rezago social se ubican en dos conglomerados. En el límite de Puebla con Veracruz y Oaxaca: Vicente Guerrero, Eloxochitlán, Tlacotepec de Porfirio Díaz, Coyomeapan y Zoquitlán. En el corazón de la sierra norte: Olintla, Hueytlalpan y Tepetzintla.

En tanto, hay 13 municipios con ISR bajo, es decir, donde las carencias son mínimas: Puebla, San Andrés Cholula, San Pedro Cholula, Cuautlancingo, Juan C. Bonilla, Coronango, San Miguel Xoxtla, Huejotzingo, San Martín Texmelucan, San Gregorio Atzompa, La Magdalena Tlatlauquitepec, Juan Galindo y Teziutlán.

Los municipios con mayor rezago están históricamente así. A donde llega mi memoria (desde el gobierno de Manuel Bartlett), Eloxochitlán, Zoquitlán, Hueytlalpan y Olintla son casos emblemáticos de la pobreza en Puebla y ningún gobernador ha puesto en marcha políticas públicas que logren mejorar las condiciones de vida en estas demarcaciones con población mayoritariamente indígena.

Han desfilado en la gubernatura Manuel Bartlett, Melquiades Morales, Mario Marín, Rafael Moreno Valle y Antonio Gali, y nada lograron resolver. Buena herencia le dejaron al actual gobernador Miguel Barbosa, quien apenas iba tomando el cargo comenzó la pandemia, y además se ha declarado de manos atadas porque la deuda de la era morenovallista limita la inversión contra la pobreza.

Puebla como estado sigue entre los más pobres del país y la capital poblana se ha enlistado entre los municipios con el mayor número de habitantes en pobreza.

Concediendo que las políticas públicas rinden frutos a largo plazo, tenemos claro que el hoy director de la CFE, Manuel Bartlett, no resultó efectivo sacando a Puebla del rezago social, situación que llama a duda porque sí pudo educar a su hijo León para convertirlo en millonario. Él incumplió con el dicho popular, y sí fue candil de su casa y oscuridad de la calle.

Para este 2021 también tendríamos que estar viendo los frutos del gobierno de Melquiades Morales, quien asignó la tarea de mitigar la pobreza a su secretario de Finanzas y Desarrollo Social, Rafael Moreno Valle, entonces presentado como un experto en finanzas. En lugar de programas contra la pobreza, su gestión quedó marcada por un millonario “hoyo financiero”.

Llegó Mario Marín a la gubernatura, quien a diferencia de Bartlett y Moreno Valle, no nació en una familia de la élite política mexicana. El oriundo de Nativitas Cuautempan vivió el rezago social, lo superó y llegó a las grandes ligas. Pero el camino personal que siguió para llegar a Casa Puebla no influyó en su política social, creó Unidos para Progresar como un aparato electoral y se olvidó de mitigar la pobreza. Por cierto, uno de sus secretarios de Desarrollo Social fue el hoy senador por Morena, Alejandro Armenta.

En el gobierno de Rafael Moreno Valle, uno de los titulares de Desarrollo Social fue Luis Banck, más cercano a las teorías económicas que a la realidad del estado de Puebla. Moreno Valle arrancó su campaña a la gubernatura en Eloxochitlán hace 11 años, publicitando que lo hacía en el municipio más pobre porque pondría en marcha un gran programa de desarrollo económico que permearía a todo el estado. Ya conocemos el desenlace.

Cada vez que algún organismo publica estudios donde Puebla va a la cabeza en pobreza, oímos al gobernador en turno decir que es un problema que dejaron las administraciones anteriores, así nada más, como si esos funcionarios no tuvieran nombres y apellidos; los tienen y este fue un breve recuento de políticos que cobraron pero no resolvieron, que fueron exitosos en sus finanzas personales pero no en políticas públicas.