Archive for January, 2012

Otro pez gordo del marinismo

Monday, January 16th, 2012

Todo mundo está de acuerdo en que con el encarcelamiento del ex secretario de Salud de Mario Marín, Rafael Moreno Valle le dio a los poblanos lo que pedían a gritos y, de paso, le dio el toque que le faltaba a su primer año en el poder.

Pero si Alfredo Arango está en el Cereso de Puebla por no poder comprobar el origen lícito de su fortuna calculada conservadoramente en 54 millones de pesos y, sobre todo, por la notoriedad de sus acciones –es decir: la ostentación con que hizo que se supiera de sus inmuebles, autos, viajes, etcétera-, ¿en dónde quedan aquellos otros personajes que, a partir del cambio de administración estatal, pensaron equivocadamente sentirse seguros y a la fecha viven como verdaderos magnates?

En los últimos días mucho se ha hablado de la probable aprehensión de Gerardo Pérez Salazar y David Villa Issa, secretario de Finanzas y subsecretario de Egresos de Mario Marín, respectivamente.

Es de reconocer que ambos, por distintas razones, ya contaban con patrimonios personales amplios desde antes de integrarse al equipo del góber precioso, cosa que de ninguna manera los exonera porque también tienen larga cola que pisarles, pero al morenovallismo se le está olvidando el funcionario –sin duda- más corrupto de todos los que formaron parte de la burbuja marinista.

Sí, ¡exacto!, el mejor conocido como “Porky”, de nombre Jorge Mendoza Velarde, ex subsecretario de Administración.

El mismo que se pavonea por la ciudad en camionetas Mercedes Benz y Land Rover.

Y que cuenta con inmuebles en San Diego, Acapulco y Atlixco, así como en Zavaleta, La Concepción y La Vista Country Club.

Sin contar, claro, las residencias de sus hijos en fraccionamientos de lujo y su casa de playa en Martínez de la Torre, Veracruz.

El estacionamiento de la Secretaría de Finanzas, el “precioso” equipo de futbol financiado con recursos públicos y el contrato con conocida compañía telefónica, son apenas tres de los asuntos que Jorge Mendoza usó para enriquecerse a costillas de los poblanos.

¿No sería interesante, y hasta sano, investigar la procedencia de la fortuna de este ex funcionario, uno de los más cercanos a Mario Marín?

Sí, el gobernador debería ir ahora tras este auténtico pez gordo del marinismo y así como se hizo con Alfredo Arango, exhibir y castigar su enriquecimiento ilícito y el de sus familiares más próximos.

Uno de sus hijos acaba de vender una propiedad por el rumbo de Zavaleta en más de 6 millones de pesos y el propio Jorge Mendoza, a finales de 2011, presumía a todo mundo de la compra de un terreno con valor de 10 millones de pesos.

Y testigos y elementos sobran.

¿Puede un servidor público tener todo esto con un salario nominal de alrededor de 80 mil pesos al mes?

Ya lo reiteró Moreno Valle el pasado domingo en su primer informe de gobierno: no habrá cacería, pero tampoco encubrimiento.

Ojalá siga cumpliendo lo que promete.

gar_pro@hotmail.com

Arango y su red de complicidades

Sunday, January 15th, 2012

Dice –y dice bien- el conocido refrán que “Tanta culpa tiene el que mata la vaca, como el que le agarra la pata…”

Esto viene a cuento porque desde la madrugada del pasado jueves, al trascender la detención y el encarcelamiento del secretario de Salud del ex gobernador Mario Marín, la pregunta que todo mundo se hace es: ¿quién sigue?

Porque no es sólo Alfredo Arango y lo que hizo –que hizo mucho y por eso hoy está en el Cereso de Puebla-, sino ¿cómo fue que se permitió tanto y quiénes lo toleraron?

Y es que existen muchos implicados, directos e indirectos.

Hay que empezar por recordar cómo fue que Arango llegó a la Secretaría de Salud (Servicios de Salud del Estado).

No hay que ir más lejos.

El hoy sujeto a proceso por enriquecimiento ilícito alcanzó el puesto con la colaboración de los dirigentes del Sindicato, quienes llevaron a cabo todo un movimiento calculado para lograr que el entonces secretario de salud, Antonio Marín, renunciara.

Para ello se orquestó una movilización con paros en clínicas y hospitales, sirviendo como cómplice el entonces secretario general del gremio, Malco Ramírez, y buena parte de los que hoy dirigen el mismo, principalmente Julio Alfredo García.

La culminación de aquel complot fue aquella famosa marcha que ocupó Casa Aguayo, en la que se “reclamaban” reivindicaciones para los trabajadores pero que a la par presionaba para expulsar a Antonio Marín.

Lo que finalmente ocurrió una vez concluidas las elecciones en las que el marinismo, entonces redivivo, ganó todas las diputaciones en juego, un hecho que al consumarse propició el “asalto” casi por la fuerza de la Secretaría de Salud, que había mantenido al doctor Marín como una posición del gobierno federal a propuesta del entonces secretario de Salud federal, José Ángel Córdova Villalobos.

Resultaba odioso ver cómo acudir al mitin contra el Dr. Marín era promovido por directores y responsables de áreas que le debían lealtad a la parte institucional dando todas las facilidades posibles, incluso hasta disponiendo de medios de transporte bajo resguardo de las jurisdicciones de Salud.

Al fin de ese año, no se olvide, hubo una gran fiesta a la que acudieron los dirigentes sindicales encabezados por Malco Ramírez y donde cerraron filas en torno a la candidatura de Javier López Zavala.

Ellos y Alfredo Arango crearon toda una estructura de poder para favorecer al fallido candidato del Partido Revolucionario Institucional a Casa Puebla.

De hecho, usaron recursos públicos, desviaron material de curación y medicamentos, y comisionaron personal para hacer jornadas de salud en beneficio de la campaña de López Zavala, y todo con el aval del gremio.

Lo más grotesco de todo es que quienes en ese momento ocupaban puestos en Jefaturas de Jurisdicción, como Gerónimo Lara; direcciones de hospitales, como Cristóbal Arellano; coordinaciones de área, como Alfonso Hernández, y gestores del Seguro Popular, como Alfonso Aguilera, hoy siguen incrustados en la Secretaría de Salud, a pesar de que se volcaron a la campaña priísta y supieron con pelos y señales de los manejos corruptos de su jefe máximo, Alfredo Arango, sin objeción alguna y esperando –a su debido tiempo- el pago a sus favores.

Son los mismos que hoy, al ver la ruina de Arango, voltean hacia otro lado e incluso lanzan gritos de: “¡Al ladrón, al ladrón!”.

Al interior de los Servicios de Salud, la purga no ha llegado hasta quienes tiene que llegar.

Malco Ramírez fue diputado federal suplente de Juan Carlos Lastiri, secretario de Desarrollo Social con Mario Marín –cuyo expediente es igual o más grueso que el de Arango- y actual dirigente estatal del PRI; Ramírez recibió buen pago y hoy es un connotado priísta.

Por su parte, Julio Alfredo García es secretario general del Sindicato, posición de privilegio para un ser interesado en el dinero fácil como él, y los demás se mantienen como parte de esos andamios construidos por los marinistas, que son minas antipersonales puestas para estallar cuando sea necesario.

En estos debe poner su atención el equipo del secretario de Salud del gobierno morenovallista, Jorge Aguilar Chedraui, sobre todo teniendo en puerta una elección federal como la de este año.

Y es que está claro que hubo complicidad –aun por omisión- de todos estos funcionarios, que en muchos casos ahora ocupan otros puestos, algunos de bajo perfil.

La administración en turno se está desgastando de manera innecesaria al no renovar los contratos de médicos y enfermeras que poco o nada tuvieron que ver con todo el desastre dejado por Arango y su grupo.

Hoy, esos médicos y esas enfermeras son las verdaderas víctimas del manejo alevoso y corrupto de los recursos materiales, humanos y financieros de la Secretaría de Salud de Puebla, lo que dejó inhabilitados o trabajando con lo mínimo consultorios, clínicas y hospitales por falta de insumos, situación que para corregir no basta, claro, con el encarcelamiento de Alfredo Arango.

Y por eso la pregunta: ¿quién sigue?

gar_pro@hotmail.com

El Golpe del Sexenio Morenovallista

Friday, January 13th, 2012

La detención de Alfredo Arango –emblema de la corrupción marinista- es sin duda una decisión fría y perfectamente calculada por el gobernador Rafael Moreno Valle: no pudo haber mejor momento para su encarcelamiento que la víspera de su primer informe de gobierno.

La rentabilidad política y mediática de una aprehensión de esta naturaleza es obvia, pues finalmente Moreno Valle, con hechos, despeja dudas sobre su principal oferta de campaña de castigar los abusos y los excesos del pasado.

Las encuestas recientes empezaban a marcar una tendencia: un gobernador aprobado por la mayoría y con muchos positivos: trabajador, visionario y eficiente, pero con un enorme pendiente: el prometido ajuste de cuentas con el marinismo, una de las razones que lo llevaron a sacar a patadas al PRI de Casa Puebla.

El ex director del ISSSTEP, ex secretario de Salud, compadre, cómplice y socio de Mario Marín fue -¿quién puede cuestionarlo?- uno de los funcionarios más corruptos del pasado sexenio, por lo que su detención basta y sobra para que Moreno Valle presuma que no le tiembla la mano para ejercer el poder cuando lo tiene que ejercer y que no habrá impunidad para funcionarios y ex funcionarios involucrados en casos probados de corrupción.

“No habrá cacería de brujas pero tampoco impunidad”, dijo hace casi un año, al rendir protesta como gobernador de Puebla, y ahora, sin ningún problema, podrá señalar en su primer informe de este domingo que lo que dice, lo cumple. Sencillamente Arango no pudo explicar cómo obtuvo el dinero que le permitió adquirir bienes inmuebles con valor de 54 millones de pesos, y ya duerme en el penal de San Miguel: es el primer ex secretario en la historia del estado que va a parar a la cárcel por los excesos cometidos durante su paso por la administración pública. Historia pura. Ningún otro gobernador se atrevió a tanto.

Todavía en diciembre, Arango se paseaba por lugares públicos de Puebla, feliz, sobrado, convencido de que nada le pasaría tras saquear, literalmente, el ISSSTEP y la Secretaría de Salud. Presumía que el pacto político entre Moreno Valle y Marín, que data de la transición, todavía estaba vigente y que una especie de manto protector le salvaría el pellejo para siempre. Pero pecó de iluso, de soberbio o de ambas cosas. No contó con que la coyuntura cambió y que la necesidad de exhibir una cabeza marinista en la plaza pública, el coliseo poblano, se volvió indispensable para la salud del nuevo gobierno, un gobierno que encarna la promesa del cambio.

El gobernador se cuelga una medalla invaluable que lo fortalece, evita cualquier clase de crítica presente o futura sobre sus “oídos sordos” al clamor de aplicar la ley a por lo menos un pez gordo del marinismo, se reconcilia con esa parte de sus electores que empezaba a dudar de su palabra y de paso satisface la demanda directa y concreta del magisterio poblano de castigar al culpable de la ruina del ISSSTEP, que provocó la aprobación de una reforma lesiva para los intereses de los maestros agrupados en el SNTE, el SNTE de su aliada, Elba Esther Gordillo. Jugada, si alguna, de tres o cuatro bandas.

¿Que se armó a escasas horas del primer informe para sacarle la máxima rentabilidad política y hasta electoral? Sí, claro. El gobernador sería verdaderamente muy tonto, y sus asesores unos brutos completos, si no lo hubiesen hecho precisamente así. En el momento justo. Ni un día antes, ni un día después. El Dios del Timing y su primo, el Rey de la Propaganda, deben estar orgullosos de sus alumnos en Puebla.

Ahora bien: ¿con el encarcelamiento de Arango verdaderamente puede declararse el fin de la era de la impunidad en el estado?

Seguramente no faltará quien piense que el ex secretario de Salud es un pez gordo, sí, pero que hay un tiburón ballena suelto (Mario Marín) y que ese, hasta hoy, sigue siendo intocable. Son legión en Puebla los que quieren que el góber precioso pronto se convierta en compañero de celda de Arango y que pague todas las que debe, que no son pocas.

Lo que nos lleva a dos preguntas básicas: ¿negoció Marín la entrega de su compadre para, como acostumbra, salvarse él y seguir disfrutando de sus millones sin que nadie lo moleste? o ¿acaso se prepara otro golpe espectacular, pero este a días de los comicios federales de julio de 2012, para terminar de cerrar los círculos electorales trazados desde Los Pinos contra el candidato Enrique Peña Nieto, quien además hace poco se exhibió con el repudiado ex gobernador de Puebla?

Quién sabe. Pero por lo pronto, la detención de Arango es más que una bocanada de aire fresco: es sencilla, y contundentemente, el golpe de lo que va del sexenio morenovallista, y de eso, de eso sí no hay ninguna duda.

gar_pro@hotmail.com