En el panorama actual de la producción televisiva, es difícil encontrar una serie que haya generado tantas reacciones como Black Mirror.

Desde su estreno en 2011 en Channel 4 hasta su llegada a Netflix en 2016, la serie creada por Charlie Brooker se ha convertido en un referente de la ciencia ficción y en una fuente inagotable de debates sobre el impacto de la tecnología en nuestras vidas. La génesis del show nació de la mente de Brooker, un periodista y escritor británico conocido por sus columnas satíricas en The Guardian y por su trabajo en programas como “Screenwipe” y “Newswipe”.

Según Brooker, la idea para la serie surgió en 2002, después de ver un episodio de Star Trek: The Next Generation llamado “The Entire History of You”, en el que los personajes tenían implantes cerebrales que les permitían grabar y reproducir sus recuerdos.

La idea lo dejó pensando en cómo la tecnología podría afectar nuestra memoria y nuestra capacidad para recordar las cosas sin ayuda de la tecnología. Fue hasta varios años después que comenzó a trabajar en el programa.

En 2010, mientras estaba en Newswipe, comenzó a desarrollar ideas para una serie de televisión antológica que explorara los peligros y las consecuencias de la tecnología moderna. Brooker quería crear una serie de televisión que estuviese conformada por “historias independientes que tuvieran algo que decir sobre el mundo en el que vivimos, pero que también fueran entretenidas e inesperadas”. Aspiraba a que la serie fuera oscura y provocativa, y abordara temas tabúes que rara vez se tratan en la televisión convencional.

El primer episodio de Black Mirror fue un éxito sorprendente, generando reacciones intensas en las redes sociales y estableciendo el tono oscuro y apocalíptico que sería una marca registrada de la serie. Durante los siguientes años, el show continuó su carrera en Channel 4 con dos temporadas más, cada una compuesta de tres episodios. La serie ganó múltiples premios, incluyendo un premio Emmy Internacional por el episodio “USS Callister” en 2018. Sin embargo, fue su llegada a Netflix en 2016 lo que transformó a esta serie en un fenómeno mundial.

Si algo destacaron los críticos de todo el mundo, fue la calidad de la producción y la escritura, y señalaron que la serie había mantenido, desde su primera temporada, su capacidad para sorprender e inquietar a su audiencia, además se reconoció la diversidad en el elenco y en las historias presentadas, lo que agregó una dimensión adicional al programa. Uno de los episodios más destacados de la tercera temporada fue “San Junipero”, que fue aclamado por la crítica por su historia romántica y por su habilidad para abordar temas profundos de una manera conmovedora y sorprendentemente positiva.

La sexta temporada cierra esta serie antológica, y hasta el momento ha debutado con opiniones divididas de los críticos, pero con calificación positiva. Algunos periodistas consideran que la sensación futurista que caracterizaba al show ya no sorprende, sobre todo porque parece que el futuro ya nos alcanzó.

La idea de inteligencias artificiales y tecnologías innovadoras como parte de la vida cotidiana de los humanos pasó de la ficción a la realidad, y aunque no de manera generalizada, estos temas y avances ya están entre nosotros. Otra parte de los reseñistas destacan que la fuerza para contar historias que cautiven sigue ahí, con relatos oscuros y profundamente filosóficos.