León hizo su debut esta mañana en el Mundial de Clubes. Por primera vez, los Esmeraldas viajaron a tierras lejanas de Medio Orienta para enfrentar a Urawa Red Diamonds, el equipo campeón de Asia, con el objetivo de poner en alto el nombre de la Concacaf.

Larcamón encaró el partido con el plantel titular completo y los réditos se manifestaron en los primeros minutos. León y Urawa comenzaron el partido con oportunidades para ambos equipos.

El primer aviso nipón llega a los pocos minutos

Tomoaki Okubo despertó a León al minuto 2 con una acción que por poco finaliza en el primer gol rival. Afortunadamente, la respuesta de León llegó casi de inmediato de los pies de Fidel Ambríz, que mandó un remate al arco nipón que rosó el travesaño.

Las primeras acciones auguraban un partido abierto, sin embargo, esta cualidad nunca se concretó y más bien menguó durante el resto de la primera mitad.

Un León vulnerable durante los primeros 20 minutos

Durante los primeros 20 minutos de juego, León ofreció muchas libertades al Urawa. Federico Viñas permaneció en el centro del campo sin mostrar mucho movimiento. No obstante, esto mudaría después de un aviso más de Okubo, quien, al minuto 18, volvió a tocar la puerta de León; quedó sólo frente al arco, pero Cota salvó a loe mexicanos de recibir en la más clara del partido.

Ante el riesgo corrido, León aumentó la posesión del balón y enfrió el partido

León inclina ligeramente la balanza

Antes del intervalo, León consiguió hacerse del control del balón y generar cierto peligro. Un minuto antes de finalizar el primer tiempo, Barreiro estuvo a unos pocos centímetros de abrir el marcador con un remate de cabeza que se fue por encima del travesaño.

La acción se originó por un tiro libre tras una falta de Okubo, quien se hizo acreedor de la primera tarjeta amarilla del encuentro.

Los Esmeraldas inician el complemento con dominio

Los primeros instantes del segundo tiempo fueron una muestra del buen trabajo de León y del impulso que Larcamón supo imprimir en su equipo.

Aunque carecía de profundidad, la escuadra leonesa poseía el balón e imponía condiciones; desafortunadamente, una de ellas fue el juego físico, que llegó a interrumpir las acciones en distintas ocasiones durante los primeros 10 minutos del complemento.

Urawa muestra signos de vida

Al minuto 53, los japoneses tuvieron una oportunidad patente con un tiro al arco que pasó por arriba del travesaño cuando Cota ya estaba vencido. La falta de pericia en el remate de Koizumi era lo que salvaba a los Esmeraldas.

El juego se estanca en media cancha

Tras la primera hora del partido, ambas escuadras concentraron sus acciones y esfuerzos en media cancha, pero más se debía a la falta de capacidad que al plan estratégico. Además de esta situación, las faltas cometidas seguían cortando los traslados del balón y comenzaban a manifestarse como un punto débil que afectaba el desempeño de León.

Aunque era fácil distinguir la disciplina en cada equipo, lo que hacía falta era una genialidad, un desbordé o una acción individual que rompiera el equilibrio.

León cae por sus propias carencias

El gol fue producto de una falta cometida por Viñas en cancha enemiga. Al minuto 77, después de un trazo largo que aterrizó en los linderos del área leonesa, Kanté sirvió para Alex Schalk en el área y dejarlo cara a cara con Cota, que nada pudo hacer para evitar la caída del arco.

Al minuto 84, William Tesillo dejaba a León con 10 hombres en la cancha al recibir su segunda amarilla del encuentro. El León sellaba así otro fracaso mexicano en el Mundial de Clubes.

Con información de Marca