El diario catalán La Vanguardia señala que cuando José Martret leyó la historia de la periodista mexicana Lydia Cacho en su libro autobiográfico Memorias de una infamia, consideró al momento que aquellas vivencias debían subir al escenario para darles “el altavoz del teatro”. Aquellas vivencias se refieren al secuestro y las torturas que Cacho sufrió a manos de la policía del estado de Puebla, por órdenes del entonces gobernador Mario Marín, hoy preso por este caso.

Agrega que la semilla fue el libro Los demonios del Edén, un amplio estudio en el que la periodista denunciaba una red internacional de pederastia y explotación sexual de menores, entre los 4 y los 14 años, que implicaba a poderosos empresarios y políticos.

Apunta que el dramaturgo y director recuerda: “Conocí a Cacho en Madrid y cuando leí su libro le pedí permiso para elaborar un primer borrador sobre cómo pensaba que había que llevarlo a escena”. De aquella primera propuesta acabó surgiendo el montaje teatral La infamia, que ahora recala en el teatro Borràs de Barcelona, donde Martret combina teatro y cine, mediante una cámara que reproduce un primer plano de la actriz durante la obra.

Comenta que Cacho, que como consecuencia de su trabajo de investigación vive exiliada en España, ha trabajado en la adaptación junto a Martret. “La infamia se basa en mi historia, pero es muy oportuna por el momento en que vivimos, pues hay secuestros de periodistas y muchos de ellos se juegan la vida en los conflictos bélicos. El teatro documental hace un inmenso favor a un material de esta naturaleza”.

“La obra también habla de los periodistas compañeros míos que han desaparecido en México, así como en otros países latinoamericanos, como Colombia…”, declara Cacho, que anuncia que la obra ya se ha traducido al inglés y al francés, y buscan teatros para representarla en Latinoamérica.

Sobre este aspecto, la autora declara que se han planteado el acento de las actrices, pues “no representan solo a una periodista mexicana, sino a periodistas de todo el mundo”, y por ello se interpretará con profesionales de cada país. En el caso de las representaciones en España, las actrices Marina Salas y Marta Nieto interpretan el mismo papel una semana cada una. Así lo han hecho desde el principio, y por ello recibieron el premio Max a mejor actriz ex aequo.

La Vanguardia explica que para el montaje, Martret se planteó desde el primer momento el uso de la cámara, que maneja Alicia Aguirre Polo. “Una cámara en el escenario nos ofrece un primer plano de la protagonista, de modo que el espectador puede tomar su propia opción: ver a la actriz en directo o en el primer plano de la pantalla, que en teatro es más difícil”, explica el director y adaptador. “Es tan difícil contar un thriller en teatro, que desde el primer momento me planteé el uso de la cámara”.

Reporta que la obra La infamia fue cancelada en Toledo por el gobierno de PP y Vox. “La anterior consejera quedó prendada de las dos actrices a raíz de su participación en unas jornadas sobre feminismo e igualdad, e impulsó los trámites para que se pudiera hacer la obra –refiere Martret–. Al haber cambio de gobierno se alegaron problemas presupuestarios y se canceló. Hubo otro teatro en Toledo que se ofreció para acogerla, pero técnicamente no cabía”. En Barcelona, en el teatro Borràs, de Balañá en Viu, se podrá representar sin cortapisas.