México se ubica en el primer lugar de bullying escolar en educación básica a nivel internacional. Esta información se compartió en 2019 por la ONG Bullying Sin Fronteras (BSF) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Entre otros datos que proporcionaron ambos organismos destacaron:

  • Siete de cada 10 niños sufren acoso escolar
  • El 17% reconoció que fue víctima de violencia física
  • 23.35% de los estudiantes afirmó que recibieron amenazas e insultos
  • Más del 44% de los niños revelaron que sufren violencia verbal, psicológica, física y digital
  • El segundo lugar en acoso escolar lo ocupa Estados Unidos, afectando a 6 de cada 10 niños

Sin duda, estos datos son preocupantes y muestran que el bullying es un problema que afecta a un gran número de estudiantes en las escuelas. De hecho, entre las personas más vulnerables se encuentran niños que sufren alguna discapacidad y de la comunidad LGBT+.

¿Qué es el bullying?

El bullying fisico involucra golpes, patadas y todo tipo de violencia física.
Alumno simula golpear a otro mientras alguien los graba con un celular. Crédito: Agencia Enfoque

De acuerdo con el Diario Oficial de la Federación (DOF) el acoso escolar o bullying se puede entender como:

“Toda conducta intencional, direccionada, frecuente y en desigualdad de poder (ya sea física, social, económica, de edad, etc) que se ejerce entre las y los educandos en el entorno escolar, generalmente en privado lejos de los ojos de los adultos con el objeto de someter, explotar y causar daño. El acoso escolar se distingue de otras situaciones de violencia por poseer tres características: intención, repetición y duración”.

En cuanto a la intención, se refiere a que se realiza con la finalidad de someter y causar daño. Mientras que la repetición alude a los actos de violencia que se realizan de manera repetitiva para afectar de manera física y emocional a la víctima.

Por último, la duración involucra el periodo de tiempo desde que iniciaron las agresiones.

Por otra parte, la organización BSF explica que cuenta con su propia definición de bullying. Al respecto, este tipo de violencia “se nutre de tres venenos: la soledad, la tristeza y el miedo. También refiere que las víctimas son más vulnerables porque generalmente están solas y no tienen a quién recurrir.

En otras palabras, este tipo de violencia sucede entre estudiantes y se caracteriza por un comportamiento repetitivo, cuyo objetivo es causarle daño a otra persona. Estas agresiones pueden manifestarse de diferentes maneras como insultos, golpes o exclusión social. Este último puede generarse con mensajes hirientes o humillantes en redes sociales.

Generalmente, el acosador o también llamado “bully” se encuentra en una posición de poder en comparación con las víctimas de acoso escolar. Por ejemplo, el bully puede ser más alto, físicamente más grande, cuenta con recursos económicos o pertenece al grupo “popular” de la escuela.

Del mismo modo, las agresiones constantes buscan dañar a la víctima tanto de forma emocional como física. En consecuencia, el bullying puede generar un impacto negativo en la salud mental y en el rendimiento académico de los estudiantes afectados. Por lo que, este problema se debe detener y prevenir.

Asimismo, la organización independiente Save the Children confirma esta situación. Asegura que que aquellos niños y niñas que están sufriendo bullying experimentan problemas en la salud física. También en el bienestar emocional y en el rendimiento escolar.

Tipos de bullying

Retomando que este tipo de violencia se puede manifestar de diferentes formas, te explicamos cuáles son los tipos más comunes:

Bullying verbal

Se manifiesta a través de insultos, apodos, burlas sobre la apariencia física, nivel económico, etc. También abarca todo tipo de humillaciones en privado o en público.

Bullying físico

Incluye violencia física como golpes, empujones y patadas. Además de los daños físicos incluye daños a las pertenencias de las víctimas.

Bullying psicológico

Las personas más vulnerables son niños que sufren algún tipo de discapacidad.
Estudiantes señalando a uno de sus compañeros que está tirado en el piso. Crédito: Agencia Enfoque

Aquellos que sufren acoso escolar del tipo psicológico experimentan intimidación, amenazas, chantajes y manipulación.

Bullying social

El acosador o también llamado “bully” generalmente se encuentra en una posición de poder en comparación a la víctimas.
Estudiante sentado en el piso cubriéndose la cabeza. Crédito: Agencia Enfoque

Se basa en la exclusión social propiciando rumores y manipulación. Es decir, se centra en dañar las relaciones y la reputación de las víctimas para así aislarlas por completo.

Este tipo de bullying no se limita únicamente a un centro educativo, sino que también se puede manifestar en el trabajo y otros entornos sociales.

Ciberbullying / bullying cibernético

Incluye mensajes ofensivos, rumores y difamaciones pero mediante redes sociales. Se crean perfiles falsos para difundir este tipo de información.

Bullying por orientación sexual

Se basa en comentarios homofóbicos o de discriminación relacionados al tipo de orientación sexual de la víctima.

Mobbing

Se refiere al acoso que se realiza en el trabajo y este se manifiesta como criticas constantes, insultos, rumores y sabotajes profesionales. Así como la asignación de tareas o trabajos extras.

¿Qué deben hacer las escuelas ante casos de abuso escolar?

El DOF indica que las instituciones educativas deben prestar atención a víctimas de bullying o posibles víctimas. Este proceso implica la detención, notificación, intervención y seguimiento.

En cuanto a la detención, se basa al momento en el que se descubre un caso de acoso escolar. Esto se logra mediante el reconocimiento de comportamientos de los estudiantes que son acosadores, víctimas y espectadores.

Las autoridades educativas no deben dudar del caso de acoso y deben actuar con prontitud y tomar cartas en el asunto para resolverlo.

En cuanto a la notificación, trata de informar el caso de acoso a las autoridades escolares. Este paso lo pueden realizar las víctimas, compañeros, padres, madres, tutores, docentes y cualquier persona hasta de forma anónima.

Las notificaciones se realizan mediante quejas, denuncias y solicitudes de atención.

El punto de la intervención alude a la respuesta de las autoridades escolares ante los casos de bullying. La intervención inicia con la aceptación de los casos de acoso y después se realizan las siguientes acciones:

  1. Elaboración de actas de hechos
  2. Redacción de carta compromiso por parte de los involucrados
  3. Establecimiento de medidas de acompañamiento, protección y canalización ante las autoridades competentes, según sea el caso.
  4. Proporcionar información sobre servicios de atención a víctimas, acosadores, padres y madres involucrados.

Por su parte, el seguimiento menciona las acciones que se llevan a cabo para vigilar que las personas involucradas cumplan con las actividades que les corresponden para erradicar este problema.

Entre ellas están:

  • Acompañamiento pedagógico a los implicados
  • Documentar el proceso de acompañamiento
  • Verificar el cumplimiento de acuerdos entre los involucrados
  • Comunicación entre autoridades escolares, víctimas, padres, madres y tutores
Existen más de siete tipos de acoso escolar pero estos son los más frecuentes.
Niños jugando con una pelota. Crédito: Agencia Enfoque