La pobreza en Puebla: retos y soluciones
Dr. Anselmo Salvador Chávez Capó
A pesar de su riqueza cultural e histórica, el Estado de Puebla enfrenta una dura realidad: la pobreza, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), cabe señalar que el 54% de la población vive en situación de pobreza, de las cuales el 42,6% la población en situación de pobreza moderada es el 42.6%, así mismo la población vulnerable por carencias sociales es del 25,1%, mientras la población vulnerable por ingresos es de 6.7%, por su parte la población no pobre y no vulnerable es del 14.2%, como se puede ver es un desafío que afecta a 3,629,9 millones que se encuentran en situación de pobreza y que se ha agravado por factores económicos, sociales y políticos.
La pobreza en Puebla no es solo una cuestión económica, es un fenómeno multidimensional que incluye la falta de acceso a servicios básicos como educación donde 1,470 millones de personas se encuentran en rezago educativo, salud ya que 3,241 millones carecen de acceso a los servicios de salud, alimentación debido a que 1,488 millones carecen de acceso a la alimentación nutritiva y de calidad, mientras que en lo que corresponde a la vivienda, 754,000 personas aproximadamente carecen de acceso por la calidad y espacios de la vivienda, cabe señalar que en las áreas rurales, esta situación se agrava, donde muchas familias dependen de la agricultura de subsistencia y carecen de oportunidades de empleo.
El índice de pobreza extrema también es alarmante ya que el 11.4% forman parte de la población en esta situación, lo que equivale 765,500 habitantes, debido a que muchas comunidades indígenas son especialmente vulnerables, enfrentando discriminación y marginalización que limitan su acceso a recursos y oportunidades.
Entre las principales causas de la pobreza en Puebla se encuentran:
- Desigualdad económica: La distribución del ingreso es muy desigual, ya que cerca de 4,079.100 personas es población con ingresos inferiores a la línea de pobreza por ingresos donde un pequeño porcentaje de la población acumula una gran parte de la riqueza.
- Educación deficiente: La calidad de la educación en zonas marginadas es insuficiente, lo que limita las oportunidades de empleo de calidad ya que el 21.9% de la población se encuentra en rezago educativo
- Falta de infraestructura: Muchas comunidades carecen de servicios básicos como agua potable, electricidad y transporte adecuado.
- Impacto del COVID-19: La pandemia ha exacerbado la situación económica, con un aumento del desempleo y una caída en los ingresos de las familias.
Para abordar este problema complejo, es necesario implementar estrategias integrales que consideren las diversas dimensiones de la pobreza, algunas propuestas incluyen: - Mejora de la educación: Invertir en la capacitación de maestros y en infraestructura escolar, especialmente en comunidades rurales e indígenas, es crucial para asegurar que todos los niños y jóvenes tengan acceso a una educación de calidad.
- Fomento al empleo: Promover la creación de empleos dignos a través de incentivos a las empresas que inviertan en la región. Programas de capacitación laboral y apoyo a emprendedores locales también son fundamentales.
- Acceso a servicios básicos: Asegurar que todas las comunidades cuenten con acceso a agua potable, electricidad y atención médica. La inversión en infraestructura es clave para mejorar la calidad de vida.
- Programas de asistencia social: Desarrollar y fortalecer programas que brinden apoyo directo a las familias en situación de pobreza, como becas educativas, subsidios alimentarios y acceso a servicios de salud.
- Participación comunitaria: Involucrar a las comunidades en la toma de decisiones y en la implementación de programas para asegurar que las soluciones sean adecuadas y efectivas.
Considerando que la proliferación de industrias como la automotriz y la textil en municipios cercanos a la capital poblana ha dejado a otras zonas, como la Sierra Norte y la Mixteca poblana, en una posición de desventaja económica, ya que son precisamente esas regiones las que hoy concentran los niveles más alto de pobreza, debido a que la marginación a nivel local se ha acentuado por la concentración de los proyectos productivos en el centro del estado.
Tomando en cuenta que en los últimos años no se han detonado proyectos financieramente viables, enfocados en polos de desarrollo en las zonas más pobres del Estado, por el contrario, las industrias instaladas en esta zona muchas veces explotan los recursos naturales a expensas de las poblaciones.
La pobreza en Puebla es un problema que requiere atención urgente y soluciones sostenibles, a través de un enfoque colaborativo que involucre al gobierno, a los empresarios, a las universidades, a las organizaciones no gubernamentales y la a sociedad civil, es posible construir un futuro más justo y equitativo para todos los poblanos, la lucha contra la pobreza no solo es un imperativo moral, sino un camino hacia el desarrollo y el bien común.