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EL CISMA EN EL PRI DE PUEBLA Y SU INTESTINA GUERRA DE EXTERMINIO

EL CISMA EN EL PRI DE PUEBLA Y SU INTESTINA GUERRA DE EXTERMINIO
EL CISMA EN EL PRI DE PUEBLA Y SU INTESTINA GUERRA DE EXTERMINIO
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EL CISMA EN EL PRI DE PUEBLA Y SU INTESTINA GUERRA DE EXTERMINIO

La fuga masiva de priistas ha dejado al otrora partidazo en los huesos y más cerca que nunca de la extinción en el estado de Puebla. La salida de seis de los siete integrantes del Grupo Legislativo tricolor en el Congreso local enciende, sin duda, los focos rojos y mengua notablemente las posibilidades de que el PRI sea un factor que sume a la alianza que acompaña a Eduardo Rivera Pérez en busca de la gubernatura.

¿De qué le sirve ahora el Revolucionario Institucional (PRI) al ex alcalde?

De muy poco.

El panista se ha quedado rodeado sola y penosamente de la mafia tricolor que controla la burocracia partidista.

Pero sus cuadros, sus operadores, su militancia se esfuman… como agua entre las manos.

Vayamos al trasfondo de la desaparición del Grupo Legislativo, por primera vez en la historia de la entidad, que ahora será sólo una representación con un único integrante, un verdadero cisma.

Los seis diputados locales que han dejado su partido de origen representan un grave golpe en la estructura, que se supone era la “mayor aportación” de ese partido a la alianza opositora.

Se van, nada más y nada menos, los principales operadores de la Mixteca, la Sierra Norte y la Sierra Negra.

De por sí, el partido que aún encabeza Néstor Camarillo, el único diputado local que quedó en el Revolucionario, no tenía fuerza en otras regiones.

Ahora, se queda además sin los liderazgos más importantes y tal vez los únicos que le quedaban.

Un histórico del PRI, factótum de la política poblana, Jorge Estefan Chidiac, quién irá ahora al Partido Verde a buscar una posición legislativa federal, operaba en muchas zonas, pero principalmente su coto de poder estuvo en años anteriores -y está- en la Mixteca.

Hoy la Región Mixteca es completamente lopezobradorista y el único que podría dar una batalla, menor pero con dignidad, se ha ido del PRI.

Las manos y las voces que movían a la militancia del norte del estado también dejaron a su partido.

Juan Enrique Rivera Reyes (Zacatlán y su región), Laura Zapata (Huauchinango) y Norma Reyes (Zacapoaxtla).

Adolfo Alatriste, diputado que también dejó su bancada, fue el único capaz de rescatar triunfos en la Sierra Negra.

Silvia Tanus, quien anunció su retiro del PRI hace varios días, ya está sumada al equipo de Alejandro Armenta, según ha trascendido.

La Madrina, como le decían en el tricolor, aportaba estrategia eficiente.

Todos se van hartos de que Néstor Camarillo se quede con todas las candidaturas para él, su pandilla y su familia.

Se van echando pestes de Alejandro Moreno CárdenasAlito, quien maneja el otrora partido de Estado como su caja chica y su club de amigos.

Se van también hastiados de tantas derrotas.

Buscan ser parte de la opción ganadora.

No lo dirán y simularán el malestar que esto les provoca, pero los otros dirigentes partidistas de la alianza opositoraPAN, PRD y PSI, saben que esto es un golpe brutal a las puertas del proceso formal electoral.

En la conferencia de prensa en que anunciaron su fuga del tricolor, este lunes, los diputados locales advirtieron que con ellos se irán muchos alcaldes.

El PRI llegó en 2021 a tener 52 presidentes y presidentas municipales.

Algunos ya se fueron.

De acuerdo con las cuentas más alegres, quedan unos 40 alcaldes y alcaldesas priístas en los 217 municipios del estado.

Más de la mitad anunciará en los próximos días que también deja a su partido.

Visto así, el PRI incluso va a batallar para conservar el registro, lo que se logra con apenas 3 por ciento de los sufragios emitidos.

Ya es muy tarde para echar atrás las candidaturas federales que se otorgaron al PRI en Puebla por la alianza.

Pero aún se puede valorar cuántas postulaciones dentro de la alianza, se dan al tricolor de Néstor Camarillo, que hoy vale menos que nunca.

La guerra intestina de ese partido a quien más caro le va a costar es a Eduardo Rivera.

Es una guerra de los que antes fueron aliados.

Que se decían “hermanos”.

Es una guerra fratricida.

Se trata de batallas de exterminio.

En apenas tres años, el PRI pasó del vaso medio lleno a la certeza del vaso casi vacío.

Hoy a la sed desesperada.

Ya no preguntan quiénes se fueron.

La interrogante es quiénes quedan.

Periodista desde 1990. Ha sido reportero de Televisa Puebla, El Universal de Puebla, La Jornada de Oriente y Síntesis.

Fue coordinador editorial de El Universal de Tlaxcala y jefe de información de El Universal de Puebla.

Dirigió la revista Síntesis Policiaca, el área de noticias de Marconi Comunicaciones - donde condujo el noticiario matutino de “La Tropical Caliente” durante cuatro años- y el periódico El Heraldo de Puebla.

Desde 2001 ha publicado su columna “Garganta Profunda” en medios digitales, impresos y electrónicos.

Es director general del periódico digital Puebla Online y del periódico Crónica Puebla.

Trabajó durante 10 años en Televisa Puebla, donde condujo el noticiero nocturno -también el matutino y vespertino en distintas etapas- y fungió como gerente de Noticias por casi un lustro.

En 1990 recibió el Premio Nacional de Periodismo Juvenil, en 1991 el Premio Estatal de Periodismo de Puebla en el género de reportaje y en 1996 el Premio Estatal de Periodismo BUAP-Froylán Manjarrez.

Ha sido jurado del Premio Estatal de Periodismo del Estado de Tlaxcala.

Realizó estudios profesionales en la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la UPAEP.